DARLE SENTIDO AL ADVIENTO

No hay mejor mejor momento que la espera. Sí, porque cuando al celebrar un cumpleaños, un aniversario, una celebración, un acontecimiento, un tiempo especial como la Navidad... entre agasajos, abrazos, fiesta y música se cumple todo lo que habíamos esperado.

Adviento es un hermoso tiempo de espera, y por eso te invito a vivir tres actitudes: CONFESION, PAZ Y CARIDAD

1. La confesión es un regreso al corazón de Jesús. Es como detener nuestra vida y sacar de dentro todo aquello que nos ha impedido reconocerle como nuestro Señor y Dios. Haz muchas cosas afuera de nosotros que nos paralizan, nos ensordecen y ciegan, y perdemos la conexión con Jesús.

Así que, en este Adviento acércate al sacerdote y reconoce tus faltas. Regresa a Jesús. Y si acaso, no tienes ese coraje, ponte de rodillas y habla con Dios. Te aseguro que te escuchará, y si eres honesto, tu vida empezará a cambiar.

2. No podemos vivir en paz si no estamos bien con los demás y con Dios. No sé cómo pueden vivir mucha gente en paz, cuando están rodeados de actitudes, acciones y hechos que están divorciados de Dios. Tampoco podemos excusarnos de no tener oportunidades de regresar a Dios, cuando los templos están abiertos a que ores, o reces un Padrenuestro. Un cristiano es un promotor de paz. Los frailes franciscanos dicen: "Paz y bien", al saludar. Y Jesús nos ha dicho que cuando entremos a una casa, digamos: "La paz esté con ustedes". Y si esa paz es aceptada, se quedará allí.

Adviento es tiempo de vivir en paz, de promover la paz. De quemar el pasado, de abandonar los chismes, de fundir las armas y los odios. Es tiempo para amar.

3. La expresión más hermosa de la generosidad, es la caridad. Mientras íbamos caminando detrás de Jesús Sacramentado, unas mujeres llevaban a otra cargada en brazos; unos jóvenes, abrazando a un anciano que apenas podía caminar; unos padres llevando en brazos a sus pequeñas criaturas. Al subir al bus se acercaron unos niños vendiendo golosinas. Les compré la caja y la repartieron a otros niños que subían al bus. Tomamos una soda y unas galletas juntos, y juntos sonreíamos llenos de alegría. Hay tantas y diversas manera de ser generosos.

Te invito en este Adviento a abrir nuestro corazón a la caridad. No dudes en expresar lo que aquel samaritano sintió por el hombre golpeado en el camino: Misericordia.