CUANDO PENSABA QUE LO HABÍA OLVIDADO, LO ENCONTRÉ DENTRO DE MÍ
- estradasilvaj
- 9 nov 2022
- 3 Min. de lectura
En la vida hay situaciones que es mejor olvidar y no recordar jamás, pero siempre queda un vestigio de ellas escondidas. Siempre es mejor no olvidar lo bueno, porque eso siempre está vivo y nos hace sentir vivos.
Lucía es un mujer muy linda, siempre lo fue. Encantadora, le gusta cantar, leer y pasear con sus amigas. Se ama a sí misma y siempre se ha cuidado. Se enamoró de adolescente y tuvo varios desamores... en el camino, aprendió a esperar el amor.
Un día de éstos, sonó el celular y no acostumbro a contestar llamadas que no están en mi directorio. A los minutos, recibo un mensaje de texto diciendo:
"Hermano, ¿se acuerda de mí? Soy Lucía, la que siempre le pedía consejos en el colegio. Necesito hablar con usted."
Lucia ¿? Empecé a revisar en mi revoltosa memoria aquellos datos. ¡Ah, Lucía!, sí aquella adolescente que todas las tardes me comentaba su vida y pedía consejos. Eran momentos tan importantes para ella. Una persona extraordinaria, una alumna aplicada. Enamorada de la vida.
Regresé la llamada, ella se encontraba en México desde ya hace tiempo. Divorciada y con tres hijos ya mayores. Conversamos por media hora. Luego, por varios días nos chateamos y fui comprendiendo lo que ocurría en su vida.
El pasado no siempre queda atrás. Siempre, vuelve de alguna manera, y quisiéramos que no volviera a veces. Pero, esta vez, había regresado a la vida de Lucía, extrañamente. Había algo especial en ello.
Había transcurrido mucho tiempo. Muchas cosas habían cambiado y la vida de cada uno se había marchado también cada cual por rumbos distintos. Todo era nuevo.
Pero en el corazón de Lucía, un amor escondía. Cuando ella pensaba que lo había olvidado, descubrió que lo seguía amando.
¿Cómo empezar de nuevo? Es una buena pregunta, que quizás yo no pueda responder.
El divorcio suena a tragedia, y resulta que toda ruptura sentimental es tan dura como un golpe en la cabeza o en el pecho. Pasa tiempo para recuperarse y duele, duele mucho. Pero, hay que continuar con la vida. Y cuando hay hijos de por medio, tenemos que enfrentar el desafío con decisión.
Lucía había cambiado, pero por dentro no. Ella continuaba enamorada, apegada.
La escuché no sé cuantas horas, leyendo sus mensajes o sus audios. No todo se había perdido. Quizás, ahora, era tiempo de reconstruir aquello que verdaderamente seguía siendo valioso para ambos. Así que, asistido por la sabiduría de Dios y del estudio de casos como el de Lucía, me hice cómplice de un amor perdido.
Han transcurrido casi seis meses desde aquella llamada inusual. Lucía, me ha escrito:
"Hemos hablado de nuevo, no como antes, sino como somos ahora. Descubrimos lo que tenemos en común y que nuestro amor sigue vivo. Trabajamos en reconstruir el ahora. Gracias".
Es maravilloso. No siempre pensamos en reconstruir, porque tenemos muchos miedos y dudas. Pero, es mejor reconstruir que vivir sumergidos en un pasado que nos sigue como una sombra.
Tenemos muchas vidas que descubrir dentro de cada uno, porque, la vida es simplemente, un vivir en el otro, como él vive en mí. Sonó esto a lo que Pablo dijo de Jesús:
"...ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20)




Comentarios