Consagración personal al Inmaculado Corazón de María
- estradasilvaj
- 13 may
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Virgen Santísima de Fátima,
Madre tierna y gloriosa,
refugio de los pecadores
y esperanza de los que caminan entre sombras,
hoy me consagro a tu Inmaculado Corazón
con todo lo que soy y todo lo que tengo.
Sin reservas, sin condiciones, sin temor.
Madre del silencio que habla al alma,
Madre del amor que nunca olvida,
recibe mi pobre corazón,
aún herido, aún disperso,
y moldéalo según el Corazón de tu Hijo.
Toma mi mente, para que piense con sabiduría celestial.
Toma mis labios, para que hablen con verdad y caridad.
Toma mis manos, para que sirvan con humildad.
Toma mis pies, para que caminen por las sendas del Evangelio.
Toma mis heridas, mis miedos, mis luchas,
y únelos a los de tu Hijo,
para que mi vida sea ofrenda agradable a Dios.
Te consagro mis alegrías y mis penas,
mis logros y mis caídas,
mi presente incierto y mi futuro desconocido.
Guárdame bajo tu manto, Madre,
cuando el mundo me agobie,
cuando el pecado me seduzca,
cuando la cruz pese más de lo que puedo cargar.
Enséñame a rezar con fe,
a ofrecer con amor,
a vivir con pureza,
a perdonar sin condiciones,
a callar cuando sea necesario
y a hablar cuando sea justo.
Reina de la paz,
implora al Padre que me conceda la gracia de la conversión diaria.
Llévame de la mano a Jesús,
como llevaste a Francisco, Jacinta y Lucía,
hasta amar el sacrificio,
desear la santidad
y vivir con los ojos fijos en el cielo.
Te ofrezco esta consagración,
no como acto simbólico,
sino como entrega real de mi alma.
Hazme instrumento de reparación,
apóstol de tu Corazón,
orante en medio del bullicio,
luz humilde en la noche del mundo.
Inmaculado Corazón de María,
sé mi escudo en la batalla espiritual,
mi refugio en la tormenta,
mi consuelo en la tribulación,
mi camino seguro hacia el Corazón de Cristo.
Amén.




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