top of page

CON LA LUZ APAGADA

  • Foto del escritor: estradasilvaj
    estradasilvaj
  • 8 jun 2022
  • 3 Min. de lectura

Quizás más de una vez hemos experimentado la oscuridad después de un acontecimiento inesperado y trágico. Yo he vivido muchas situaciones trágicas en las que he quedado a oscuras.

No es lo mismo la oscuridad de la noche, que la oscuridad del mal. En la oscuridad de la noche encuentro la paz y el sosiego para meditar, orar, repensar y navegar en mi mundo interior donde mi alma necesita de la voz de Dios.

Pero hay quienes han preferido vivir en las tinieblas que en la luz porque sus obran eran malas (Juan 3:19),

Aunque nos apaguen la luz, nos corten el agua, nos impidan alimentarnos o de movernos libremente y asistir a nuestro templo o parroquia, imposible será que nos arrebaten esa fuerza poderosa que todos llevamos dentro.

Prefiero no dejar que el sentimiento de impotencia o de indiferencia me paralice. Porque creo que Jesús no se dejó vencer por las amenazas, injurias, calumnias, trampas, golpes y toda clase de recursos que emplearon sus enemigos, mas bien los enfrentó y les dijo en su cara con firmeza y sabiduría lo que pensaba.

Dijo que había traído fuego (Lucas 12:49), división (Lucas 12:51)... Que la construcción del Reino de su Padre no es un camino fácil. Pero tampoco significaría un camino de violencia y muerte sin límites.

Qué podemos hacer entonces los cristianos cuando el reino de la maldad quiere instaurar su linaje en la tierra de hijos de Dios?

Pueden darse muchas respuestas. Me gustaría compartir algunas en las que yo, al menos, práctico.

1. Las tinieblas del mal se desvanecen siempre, porque cualquier reino, dinastía o tiranía está condenada a desaparecer por sí misma.

Por lo tanto, hay que trabajar en hacer siempre el bien a los demás, en especial, aquellos que no tienen nada. Al estilo del Evangelio, no al de los embusteros, ambiciones... De los que llama Jesús raza de víboras, sepulcros blanqueados, hipócritas...

Ayude, sea parte de las buenas soluciones. Sea generoso, más cuando es un empresario rico y afortunado. No es lo mismo ser un pobre, que un desgraciado.

2. Romper con las utopías. Para mí los Evangelios no son una utopía. Es como un plan estratégico que Dios nos ha dejado en nuestras manos.

Pienso que la mejor manera de llevar por buen camino una vida cristiana sincera y agradable a Dios es vivirla de manera sencilla y abierta a su Espíritu. La mejor forma de conseguirlo es aprender a orar, servir al prójimo y llevar una conducta edificante.

3. Quizás diremos siempre que se trata de una lucha entre el bien y el mal, entre buenos y malos, entre la oscuridad y la luz. Cada vez creo que es un pensamiento maniqueísta.

Prefiero pensar que se trata de un crecimiento en la vida espiritual. Muchos lo ignorarán o despreciarán, porque precisamente la urdimbre de una vida finita como la nuestra está unida a un más allá. No atender la vida espiritual es como abandonar la esencia de nuestra existencia.

Por lo tanto, no se quede en lo exterior, en lo material, en lo que sólo le brinda satisfacciones transitorias.

Le aseguro que su riqueza y bienestar tendrá un sentido diferente, y sus preocupaciones serán tan sólo eso, asuntos que se resuelven con el mañana.

4. No sea descortés con Dios. Por un lado usted dice que cree en Él y que ha entregado su vida, pero en la práctica no cree en su misericordia y providencia. Lo convierte en un amuleto mágico o un aliado financiero. Eso no debe continuar así y me parece un golpe bajo.

El culto y la misa no son un lavado de conciencias. Es el espacio que usted tiene para escuchar su Palabra y ponerla en práctica; de dar gracias por lo que le ha permitido lograr y obtener; de reconocer su condición humana y de ser más humano con sus semejantes; de celebrar con alegría que la vida es un don valioso y la necesidad de renovarla en la comunión.

5. Quien pierde las esperanzas es porque nunca ha creído honestamente y que no será capaz de amar. Porque la única manera de acabar con el odio es amando. Seguirá perdonando hasta "setenta veces siete", aunque no olvide, aunque se haya vengado.

Con la luz apagada puedo ser capaz de encender esa llama, ese fuego que aplaca los males de quienes prefirieron vivir en las tinieblas.

Amar no es fácil, nunca lo será. Y a un enemigo, asesino o traidor, menos. Pero sin esa capacidad humana, tampoco será fácil cambiar una sociedad que necesita recuperar su libertad, derechos y justicia.

 
 
 

Comentarios


Publicar: Blog2_Post

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

50557600273

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2021 por Brother George. Creada con Wix.com

bottom of page