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COMO ELLA, NINGUNA

  • Foto del escritor: estradasilvaj
    estradasilvaj
  • 7 jun 2022
  • 3 Min. de lectura

De los muchos recuerdos de mi madre, escribo sobre uno de los que pienso deberían ser importantes para toda familia de todos los tiempos: el hogar.

Con mucha frecuencia el hogar lo hemos convertido en un lugar invivible, donde las relaciones humanas tan esenciales en la vida humana, son un fastidio.

El clima en todo hogar es una escuela de valores para la vida. El buen ejemplo de los padres, la educación de los hijos sobre el respeto de sí mismos y de sus hermanos, de los espacios individuales, del compartir y ser solidarios; de cuidarse unos a otros y de convivir siendo diferentes es una enorme tarea. Mayor aún cuando la familia es grande.

Mi madre conocía muy bien a sus hijos y a todos amaba con particularidad. De firme principios y de carácter tierno y severo cuando lo consideraba necesario.

Yo siempre me sentí muy a gusto en mi hogar. Ella no olvidaba los detalles, siempre pendiente de todo.

Qué importante es crecer y desarrollarse en un hogar donde te sientes amado, respetado, reconocido y libre. Le gustaba la buena música y el canto, el bien vestir y la educación. La casa brillaba y ella la encantaba por su manera de ser y tratar a las personas con mucho respeto y delicadeza. Sus modales excelentes y su cocina de primera.

Al celebrar el mes de la madre, celebro el amor a una mujer que como ella, ninguna. Qué bendecido soy!

Pienso que todo lo bueno que tengo como persona es gracias a ella y a papá.

Inspirado en tan preciosa figura como la de mi adorada y dulce madre, se me ocurren estos consejos para quien desee leerlos.

1. Si tiene un hogar o piensa formarlo algún día, la educación de los hijos comienza con su ejemplo. Sea firme con los valores humanos, porque ellos le darán a sus hijos la oportunidad de ser personas de bien y hacer también hogares felices.

2. Tomé en cuenta los pequeños detalles. Escuche más a sus hijos que al televisor, al celular o a la vecina chismosa. El hijo siempre está creciendo, aprendiendo... Sea su primer maestro. No deje en manos de otros el futuro de sus hijos.

3. Haga del hogar, de la casa un espacio donde se conviva respetando las ideas y diferencias, los sufrimientos y fracasos, las alegrías y triunfos... No importa si se vive muy sencilla o pobremente. El lujo y el gozar de tener todo no asegura la felicidad y el éxito. Porque eso va dentro de uno, no está afuera en lo material.

4. Haga del hogar un espacio para Cristo. No dé chance a la ignorancia y al ateísmo de nuestros días. El hogar es también una pequeña comunidad eclesial, quizás la más importante para nuestra fe. Así que, lean la Biblia. Qué si uno es protestante, el otro católico o mormón. Eso no tiene importancia. Se aman y respetan mutuamente? Eso sí es importante. Cada uno aprenderá a buscar su propia salvación, porque no es la religión, ni la política, ni la fama o riqueza lo que nos salvará.

5. No olvide a la familia, ni menos a la madre. Su recuerdo estará presente en un hijo agradecido. Una madre es siempre una imagen viva de Dios.

Cuando recuerdo a mi madre, recuerdo que tan dichoso me hizo Dios todos los días de mi vida. La venero con amor y hallo en ella la dulzura y la placidez que me da para un alma que vive agitada por los tiempos. Pero su amor sigue vivo en mi corazón y su rostro delante de mis pasos.

Gracias, Señor Dios, por mi madre y el hogar que me regaló.

 
 
 

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