CERCA DEL FINAL
- estradasilvaj
- 23 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Ya es la última de semana del décimo mes del año y con ella, se concluye con las Primeras Comuniones del último grupo de niños. Entre ellos, seis adolescentes de dieciséis años.
Han sido varios meses de estudio y de crecimiento espiritual. Ahora, después de un fin de semana de oración y meditación, se deciden a dar un paso importante en su fe: el encuentro personal con Jesús.
Pareciera fuera el final, pero en verdad es un principio. En materia de fe, siempre se está en camino, en crecimiento y de volver iniciar la vida. Es todo un proceso que nos llevará muy lejos y toda nuestra vida.
Hace poco recibí una llamada, de una persona muy importante. Quería conversar conmigo. Llegué temprano a la cita. Fue una gran sorpresa, pero la encomienda que ponía en mis manos era altamente seria. Una misión todavía más grande. Todo un desafío en un país que enfrenta una crisis humana muy elevada.
El papel de un misionero es una labor en la Iglesia muy importante. Muchas veces desconocida y que se realiza en silencio.
Te pido, que ores y apoyes a los misioneros en el mundo que trabajan incansablemente por la vida y el bienestar humano de diversas manera y en muchos espacios de nuestras sociedades, en especial, en los grupos más vulnerables y abandonados.
No dudes en apoyar a quienes ejercen un trabajo humano y espiritual, pues la mayoría de estas personas pasan largo tiempo dedicados a muchas personas necesitadas y orando incesantemente por muchas otras más. Vivimos en nuestros hogares enfermedades, pruebas, luchas, desafíos como padres, esposos, trabajadores... Y estas oraciones surten un efecto restaurador en nuestra vidas. El impacto del trabajo pastoral y social que ejercen los misioneros es invaluable, es tan grande y brinda al mundo un alivio frente a la creciente pobreza material y exclusión de grandes grupos desestimados. Pero, sobre todo, su labor tiene un contenido salvífico y de un anuncio que nos alivia y alienta hacia un mundo diferente basado en los valores del Reino de Dios. En nuestros días, nadie piensa y aspira a estos valores. Quizás, hasta los desconoce. Son esos hombres y mujeres que se encargan de anunciarlos con sus vidas y trabajo.
No desestimes la generosidad, el apoyo y la grandeza del servicio humilde en los hermanos necesitados. Hay una gran fuerza que nos empuja hacia el bien y con la fe puesta en el Señor Jesús, todo será posible de alcanzar tarde o temprano.
El mejor lugar en el mundo será siempre aquél en donde Dios me quiera.
Mi mayor deseo es hacer lo que Dios quiere y estar allí donde Él me quiera.
Te pido tan solo que ores y apoyes a quienes sirven con el corazón desnudo y rendido a Cristo, y por quienes necesitan del amor de Cristo siempre joven.




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