AMOR ENTRE PÚAS
- estradasilvaj
- 7 jun 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 mar 2023
Oleg se había unido a las fuerzas de la resistencia. Amaba a su familia y a su patria. Estaba enamorado de una joven muy bella llamada Lesya. No hubo tiempo para despedidas.
El campo de batalla ardía, humo, detonaciones y los gritos de quienes caían bajo la lluvia vertiginosa de las balas humeantes.
Oleg tenía que atravesar la línea y detener el avance de los enemigos. Se contaban por millares. La noche se perdía con el día entre los vientos gélidos y oscuros de las bombas y misiles que destrozaban todo a su paso.
A varios días de camino, Lesya permanecía al cuido de niños y ancianos en la penumbra de una cueva bajo tierra. Todo parecía aterrador.
Un lazo mantenía vivos a Oleg y Lesya, el amor. Nada más que amor y el deseo asido a la piel de volverse a ver de nuevo vivos.
Cómo se escurría la vida entre charcos y ruinas abatidas por la furia. La tierra bebía de nuevo sangre inocente, los árboles marchitan y sus frutos caían bajo el estruendo infernal.
Si el amor muriera, de nada sirve la vida. Si el amor se dejara vencer, de qué serviría un corazon enamorado.
La alambrada se extendía como garras sobre el frente, arrebatando carne y vida, enrollando el valor y el aguerrido brazo del valiente. No quedaban pasos hacia atrás.
Tan sólo recibió Lesya un pequeño corazón de gamusa lleno de hollín, sangre y heridas de Oleg. ¿Dónde has quedado amor mío? En la alambrada, abrazado entre púas. Allí, el enemigo se detuvo.
Un amor tan puro y fuerte es capaz de vencer la maldad. De abrir surcos en la tierra raída y destrozada por tanques y aviones.
Un amor es tan poderoso que sabría convertir un sacrificio por una vida nueva.
Lesya, con su poderoso amor había defendido a la humanidad. Pues, había bastado el fuego que nace del corazón y aplacar las fuerzas incontenibles.
Si pudiéramos demostrar nuestro amor... Sobrarían motivos para desarmar la locura enfermiza de la guerra. Porque donde hay amor, no hay odio ni mentira.




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