AMAR SIN MIEDO

Es maravilloso ver a los amigos caminar por las calles con las manos o brazos juntos, entrelazados; a las parejas unidas y alegres cantando y gritando al unísono.

Hay una gran diferencia entre una marcha donde observas a la gente caminar con alegría y confianza, como hermanos, enarbolando una sola bandera, la de su patria; y la marcha de aquellos q caminan porque les pagan y los llevan y traen en autobús cómodamente, donde no se abrazan y se ven como extraños.

El amor humano une y purifica, nos hace fuertes y llena de luz el alma. Los discursos de odio y fariseísmos endurecen el corazón, y no creo que nada bueno llevan a la familia tan necesitada de concordia y unidad.

Vivimos tiempos de pruebas para todos. Para quienes piensan que el camino de la corrupción y la esclavitud del pensamiento e indiferencia es el correcto, y para aquellos donde los valores y derechos humanos son fundamentales para una vida plena.

Hay que tomar una decisión de la cual dependerá mi destino y la de muchos más. Y en este sentido, la práctica de la fe, el llamarse cristiano o católico tiene que dar una respuesta clara y contundente.

Quien se dice llamar cristiano, católico o se muestra indiferente, no puede estar del lado de las injusticias, crímenes, corrupciones, falsedades y todo acto abominable. Deja de serlo y auto expulsa del seno de la comunidad de fe.

Y es evidente. Porque no se puede estar con Dios y con el mal, a la vez. Quienes han decidido ir por el camino de error y del mal, terminarán en una fosa profunda y sus nombres serán para siempre olvidados.

Creo en la fuerza del amor, de los que abrazados y unidos; con las manos juntas forjan un nuevo destino. Porque no está hecho.

Amar sin miedo es la fuerza que derrumba los muros de los males de una ideología, de un sistema social inmoral y agotado por sus grandes pecados contra Dios.