AGRADAR AL PADRE

«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo". (Juan 8:23)

La misión de Jesús no fue comprendida en su tiempo. Será comprendida hoy en día?

Mientras los líderes religiosos, dominadores y pueblo judío se debatían y luchaban unos por mantener su hegemonía y poder, los demás esperaban la profetizada llegada del Mesías.

El Padre en Jesús dio cumplimiento a la promesa, pero no a la manera como la gente lo esperaba. Porque el origen de Jesús es divino: "yo soy de allá arriba".

Aún en nuestro tiempo muchos dudan de la divinidad de Jesús, nacido de mujer.

La divinidad no es como se nos ha enseñado históricamente en obras literarias, tradiciones y libros religiosos.

Culturas antiguas dotaban de divinidad a objetos inanimados o individuos, como los griegos, romanos, hindúes, egipcios, germanos, mayas, aztecas y demás culturas antiguas, incluso, modenas en todo el mundo.

Jesús nos quiere recordar nuestra condición humana, de seres creados, finitos, pasajeros. Nos indica también nuestro destino más allá de este mundo, porque él es el Enviado por el Padre. Procede de Él y le complace. Es decir, cumple una misión encomendada por su propio Padre para con nosotros.

Vemos con frecuencia a hombres y mujeres que se aferran al poder de este mundo, "porque son de este mundo". No sólo niegan el "más allá", lo divino, sino que utilizan las creencias para dominar, engañar y saquear. Son hijos de este mundo y quedarán sepultados para siempre.

Los cristianos en cambio, aquellos que no sólo creemos, sino que procuramos sinceramente vivir como los Apóstoles nos describen en los Evangelios y Cartas Apostólicas la vida y enseñanzas de Jesús, este mundo es simplemente un camino hacia el Padre. Un camino que no lo podemos hacer solos. Jesús nos dice:

"El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.» (Juan 8:29)

El hombre de este mundo, que vive para él, se ha quedado solo con sus riquezas, armas, placeres y ejército de esclavos.

En cambio, nosotros no. Contamos con Jesús y su Padre

Llegan los días para meditar a profundidad la liturgia cristiana, católica sobre la vida, enseñanzas, pasión y muerte de Jesús, del significado de la Pascua.

Agradar al Padre es comprender sus designios y cumplir su Voluntad.

Es en la Pascua que se nos revelará la divinidad de Jesús, del Cristo.

Cuatro recomendaciones para comprender lo que significa caminar hacia la Pascua. O sea, siendo de este mundo, avanzar hacia el encuentro con el Padre que está "allá arriba", en los Cielos.

1. Orar con la Biblia. Ella es fuente de luz y bendiciones. Orar todos los días posibles en privado o en familia.

2. Practicar la caridad con la Iglesia y las personas más desprotegidas. Demostrar vida fraterna y animar a aquellos que viven alejados de Dios o sumergidos en falsas doctrinas o prácticas.

3. Dejarse guiar por el Espíritu de Dios. Obrar bien y justamente. Despreciar el pecado y sus ritos modernos enmascarados en la tibieza, vanagloria, lujuria, ambiciones y egoísmo a ultranza.

4. Ser compasivo o misericordioso con el que sufre soledad, hambre, desprecio, cárcel, odio, dolor y ceguera espiritual.

Cada uno es llamado a vivir de diferentes formas. Cada uno debe vivir según se lo indique el Espíritu de Dios. Porque si procede de Dios Padre, procede de arriba donde está Él. Y le complaceremos.