ACUÉRDATE DE MÍ
- estradasilvaj
- 29 abr
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Acuérdate de mí, Señor del alba,
cuando la brisa es canto y es rocío,
cuando despiertan lirios y cigarras
y el sol se alza dorado y encendido.
Acuérdate de mí en la hora quieta,
cuando la luz se filtra entre los cedros,
cuando el ocaso viste de violeta
y el mar susurra salmos en el viento.
Mírame, oh Dios, en tardes polvorientas,
cuando el cansancio hiere mis senderos,
cuando la fe parece ser apenas
un pálido reflejo en el desierto.
Por amor a tu pueblo, fuente eterna,
sostén la frágil llama de mis ruegos,
no soy más que ceniza en la tormenta,
mas en tus manos vuelvo a ser incendio.
Acuérdate, Señor, del que tropieza,
del que en la noche clama sin respuesta,
recuérdame en las horas de tiniebla,
cuando la duda torna en sombra espesa.
Por amor a tu pueblo, Luz divina,
rompe las puertas de la incertidumbre,
haz que mis pasos hallen la vigilia
y en tu verdad mis lágrimas se funden.
Si un día mis rodillas desfallecen
y mis labios en polvo se deshacen,
aún entonces, Señor, tenme en tu mente,
pues mi alma es frágil hoja en vendavales.
Por amor a tu pueblo, Dios eterno,
no olvides este barro que es mi vida,
con tus manos esculpe su destierro
y haz de él morada pura y bendecida.
Acuérdate de mí, Señor del alba,
cuando la muerte cruce mi camino,
llámame por mi nombre y dame casa,
allí donde el dolor se torna olvido.
Por amor a tu pueblo, misericordia,
pues aunque el tiempo arrastre mi memoria,
tu amor me ha sostenido en la tormenta,
tu amor será mi faro y mi victoria.




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